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Dos duelos duermen distantes
desde domingos derramados de despecho.
Mi memoria maneja mi momento,
maldice mi mañana.
Tocaba tu tez tan terriblemente tenue.
Tratando tu tiempo, teniéndote tanto temor.
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Fatigada falta fue final.
Firme, falaz, fatal y fuerte.
Cortándome con cada caricia,
creando caos como consecuencia.
Vacante vitalidad benigna,
Vulnerable y vaga valentía.
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Sabré sanar sentimientos sin sentido.
Solamente soñando, silenciosa.
Pidiendo, por piedad,
perdón, por pasar por tus palabras.
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Llegarás, llorando llamaradas,
y lloveré yo.
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