Como un secreto,
te acercaste a dejarlo
descansar, diminuto, sobre mi aliento.
En el beso, su despertar, me sorprendió.
Tan inquieto, bailando
sobre nuestros labios.
Súbita rareza, singularidad
que intenté agarrar y tomé un fragmento.
Su ser completo
existía en nuestros extremos.
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¿Serán sus besos hechos de los míos?
Quizá era mi beso el suyo hasta sentirlo.
En cualquier caso, su beso y mi beso
eran el mismo.
Parciales en cuerpo y espíritu,
que al conocerse, juntos,
fueron íntegros.
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Qué descubrimiento!
Dormido entre nuestros labios,
guardado.
Como un secreto.
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