–
Anoche te mandé un mensaje en una botella.
Hoy ella navega,
vacía de temor por tormentas
y llena de sentimientos callados por vergüenza.
Palabras suaves pasajeras.
Memorias convertidas en arena.
Sin rumbo fijo persigue cantos de sirena.
Se acurruca con la marea.
Confía en llegar algún día a tu tierra.
–
Y tú,
¿Me enviarás una respuesta?
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