-
– Me tragué tu melancolía y ahora huelo a color añil. Siento mis lágrimas de terciopelo suaves ciertamente parecidas a ti. – Te busco en la profundidad de mis costillas, porque ya no estas aquí. Aún ahora que tus ojos son de lápiz, sé que me queda mucho por sentir. – Condena de un limbo…
-
– Un mar de decisiones no tomadas. Presentes y derivas nostálgicas donde dos futuros se separan. Frío húmedo y calor en tu mirada. – Hoy, espejismo dulce. Déjame creer que mañana no será agua pasada.
-
– Cuando el ruido y el silencio son gemelos, cada suspiro deja correr un lamento. Los instantes se funden en momentos, me miro al espejo y solo encuentro miedo. – Vuelvo, A la libreta con la que siento que a cada palabra que escribo, mas me pierdo. – Quizás, agujero negro de recuerdos que quisieran…
-
– Dos duelos duermen distantes desde domingos derramados de despecho. Mi memoria maneja mi momento, maldice mi mañana. Tocaba tu tez tan terriblemente tenue. Tratando tu tiempo, teniéndote tanto temor. – Fatigada falta fue final. Firme, falaz, fatal y fuerte. Cortándome con cada caricia, creando caos como consecuencia. Vacante vitalidad benigna, Vulnerable y vaga valentía.…
-
– Durante minutos innecesarios elijo la ropa que no llevaré puesta cuando aparezca esa duda siempre incierta y convierta en propia la tormenta. – No seré yo quien veas, pues correré en dirección opuesta. Gastaré mis fuerzas en sacarte de la forma más tierna y entre tus temores se encuentre la certeza de pensarme siempre…
-
– Anoche te mandé un mensaje en una botella. Hoy ella navega, vacía de temor por tormentas y llena de sentimientos callados por vergüenza. Palabras suaves pasajeras. Memorias convertidas en arena. Sin rumbo fijo persigue cantos de sirena. Se acurruca con la marea. Confía en llegar algún día a tu tierra. – Y tú, ¿Me…
-
– Cuando quiera volverte a ver, a no luchar con el antes, perderle el miedo al después, calmar la sed con hambre, y cogerte de la mano aunque no estés. – Enséñame, a encontrar tu mirada en una pared, a buscar aire en Bucarest. Vivir en el desorden del no saber. Poder rodearme en tu…